lunes, 11 de junio de 2012

Capítulo 8

Las entrevistas



Me levanto de buen humor y me dirijo a la sala de cámaras. Pido que me lleven allí el desayuno. Me he despertado un poco tarde pero para eso están los que me sirven, para avisarme si pasa algo interesante.
- ¿Novedades?
- No señor, pero quizá le interese esto. - me pasa una cinta del desayuno de los del distrito 12.
-¿ Por qué no me sorprende? Parece que este año los del 12 van a dar que hablar.
"Pero me encargaré que sea después de muertos" digo para mí. Meto la cinta en el reproductor y pido que me dejen solo con el desayuno y el televisor. Me gusta demasiado ver sus ridículos como para que los ineptos que me sirven me lo estropeen con sus idioteces. Están todos menos el cara de pan desayunando. La muchacha parece disfrutar de las comidas de aquí porque ya se le notan los kilos que ha cogido. Effie y Haymitch parecen algo nerviosos y guardan silencio mientras la glotona se zampa media fuente de estofado ella sola. Al menos usa los cubiertos no como los del año pasado que acabaron comiendo como cerdos.
-Bueno ¿que está pasando? Hoy nos preparáis para las entrevistas, ¿no?- pregunta.
Has tardado en darte cuenta, no eres muy buena con las relaciones personales ¿eh, estúpida? Acaba de decir algo Haymitch y ella ha vuelto a hablar pero no lo he oído. Lo que sí oigo es como Haymitch le dice que ha habido un cambio de planes. Cuando ella pregunta cuál, hasta Effie para de comer y desvía la mirada.
- Peeta nos ha pedido que lo entrenemos por separado.- dice con toda la naturalidad posible el borracho que tienen por mentor.
Jajajajajaja, no me lo puedo creer. Ahora ese chico me empieza a caer bien. Nos tenía engañados a todos, astuto, si señor. No me lo esperaba, quería acercarse a ella, saber sus secretos y el último día: puñalada trapera. Me encanta. Lo mejor es la cara de estúpida que se le ha quedado. Se me está ocurriendo algo. Paro el vídeo, cojo una pluma y un papel y escribo una nota que le entrego a uno de los Vigilantes.
- Entrégasela a Cato - se va - ¡Eh! Sin levantar sospechas, usa el ascensor, así no quedará constancia.

Definitivamente soy un genio. Ahora sólo queda saber cómo va a usar Cato esto. Cambio de monitor y veo al Vigilante entrar en el ascensor, poco después sale Cato con una sonrisa. Bien, todo va en marcha. Quedan aún unas horas hasta las entrevistas así que decido salir a mi jardín y relajarme un rato. Paso por el saloncito donde mi nieta hace sus tareas con su tutor sin apenas ser visto, no quiero escuchar sus quejidos, y continúo mi camino. El dulce olor de mis rosas me saluda y lo sigo hasta el corto pasillo que me lleva directo a la gran cristalera que abro y entro. Una oleada de olores conocidos me recibe con fuerza, como a un viejo amigo. Cierro con rapidez la puerta para que no se escape ni una voluta de esencia y me pongo manos a la obra. Este lugar es el único en el que no hay sirvientes, aquí sólo entro yo. Cojo mis "herramientas" y me acerco al primer grupo de rosas, las azules. Ah, qué color más perfecto el azul. Mandé expresamente que manipularan genéticamente un rosal rojo para producir un esqueje de estas preciosidades. Además tienen un olor especial, distinto y salvaje, que marea a algunos pero a mí me encanta.

Me cuido mucho de no tocarlas, una de las mutaciones que se le hicieron fue añadirles veneno de rastreavíspula concentrado, si alguien las toca las alucinaciones le harán sacarse los ojos y creer que es un pájaro. Corto los esquejes más débiles y quito algunas malas hierbas hasta llegar al orgullo de mi jardín, la razón por la que mi hijo ya no está aquí. Pero eso es otra historia y la aparto de mi mente. Justo frente a la puerta pero bien escondidas y flanqueadas están mis rosas blancas. Oh, señor, si hay algo de lo que estoy bien orgulloso es de estas preciosidades. Las cuido yo mismo con esmero y puede que sean los únicos seres vivos a los que de verdad tengo aprecio. Son las últimas a las que acicalo porque lo hago sin prisas, me gusta tomarme mi tiempo con ellas, como un amante en la espalda de su amada, me entretengo en los detalles, las acaricio y susurro con cariño. Un golpe me saca de mi ensoñación. Plutarch está en la puerta y me indica que debo prepararme para las entrevistas. Sonrío, su cara es un reflejo del pánico que tiene a interrumpirme en el jardín, hace bien en temerme. Salgo con una silenciosa despedida a "mis niñas" y un creciente nerviosismo.

Vuelvo a la sala de vigilancia y me siento frente a los monitores con una bandeja llena de estofado. La gala de las entrevistas es en directo de modo que si algo sale mal todo Panem lo verá. Todo el Capitolio está en las calles, frente a las gigantescas pantallas que se han colocado para que lo puedan ver en un ambiente festivo. Los pocos que están dentro del anfiteatro han sido seleccionados en una más que reñida competición y llevan más de tres horas dentro viendo en exclusiva los preparatorios. Todo está listo el espectáculo va a empezar.

Caesar Flickerman sale al escenario con un arrojo impresionante para su edad. Lleva más de cuarenta operaciones estéticas que le hacen parecer igual que hace cuarenta y tres años, cuando empezó como presentador. Cuenta varios chistes y pullas que hacen que el auditorio enloquezca antes de que entre el primer tributo. Primero sube la chica del 1 seguida del chico de su mismo distrito. Ella intenta ser irresistible mientras que él hace lo que todos: hacerse el duro. Como si le fuera a servir de algo. Ahí va la del 2 y tras ella Cato.

-Bueno, Cato, cuéntame cómo has encontrado nuestras instalaciones de entrenamiento.- pregunta Caesar cuando se sientan en los sillones.
Cato parece estar en su salsa.
-Pues bastante cortas de material. En casa ya había aprendido a usar todas las armas cuando tenía seis años. Aunque he de reconocer que estaba bien organizado.- dice con una media sonrisa.
Eso es chico, hazte el fuerte. Caesar ríe ante sus palabras y la audiencia con él.
-Ya se ve que estamos ante todo un luchador.- las palabras de Caesar se ven apoyadas por el público.- Y seguro que también un rompecorazones.
La audiencia le apoya pero por un instante veo una sombra de duda en su rostro. Otro enamorado no, tú no.
-Nunca me lo habían dicho, pero ahora que lo pienso, sí que he roto varios corazones.- afirma con una sonrisa seductora.
Las preguntas de Caesar se centran en cuántas chicas han caído en sus redes y cosas del estilo. Este hombre siempre tiene ases en la manga. El pitido suena cuando terminan sus tres minutos y Cato sale del escenario. El resto de tributos son aburridos, ninguno tiene mucha experiencia, ni siquiera los profesionales, y los que la tienen la usan a su favor intentando parecer los más fuertes. La pequeña del 11 es la que más ternura evoca al público, incluso Caesar parece cogerla cariño en esos tres minutos. Finalmente llega la rebelde.
Lleva un vestido de piedras de colores que reflejan la luz. Vista así incluso parece guapa, pero no lo es, no es más que una estúpida enclenque. Se sienta junto a Caesar y comienzan las preguntas. Parece algo desorientada y tarda en responder a la primera pregunta de Caesar: "¿Qué es lo que más te ha impresionado desde que estás aquí?"
-El estofado de cerdo.- responde.
Estúpida, con sus respuestas de niña buena y tonta se está metiendo a la audiencia en el bolsillo. Caesar le sigue el juego y todo va "sobre ruedas", incluso la muy idiota da vueltas para que vean su vestido hacer parecer que está en llamas. Genial, ahora sí que es la Chica en Llamas. Pero yo me encargaré de destrozar ese fuego en la arena. Es cuando Caesar le pregunta por su hermana cuando todo se vuelve interesante, su punto débil sale a la luz, su hermana.
-Se llama Prim, sólo tiene doce años y la amo más que a nada en el mundo.
Ha dejado a todo el mundo mudo. Mierda, para el público su mayor debilidad es lo único que la hace humana y memorable. Cuando dice que le juró a su hermana que ganaría por ella casi puedo oír cómo se paran los corazones de todo Panem. Mierda. Su tiempo se acaba y sube su compañerito. Bueno al menos él no hará mucho daño. En cuanto empieza la entrevista Caesar y él bromean sobre las duchas, sobre quien huele mejor... hasta que el presentador saca su tema estrella: las chicas.
-Bueno, Peeta, dime: ¿hay alguna chica especial esperándote en casa?
Peeta, así se llama, como si quisiera hacerse el gracioso, vacila y niega con la cabeza no demasiado convencido. Eso le da alas a Caesar.
-¿Un chico guapo como tu? Tiene que haber una chica especial. Venga, ¿cómo se llama?
El aludido respira hondo antes de responder. Esto se va a poner interesante, otra puñalada trapera para la rebelde.
-Bueno, hay una chica- responde finalmente con un suspiro.-Llevo enamorado de ella desde que tengo uso de razón, pero estoy bastante seguro de que ella no sabía nada de mí hasta la cosecha.
El auditorio le da la razón, comprendiendo al chico por su amor no correspondido. Tonterías y sensiblerías.
-¿Tiene a otro?- pregunta con interés Caesar.
-No lo sé, aunque les gusta a muchos chicos.
-Entonces te diré lo que tienes que hacer: gana y vuelve a casa. Así no podrá rechazarte, ¿eh?
Los ánimos de Caesar y el público no parecen funcionar en el muchacho, que sigue algo triste.
-Creo que no funcionará. Ganar... no ayudará, en mi caso.
No, por favor, dime que no...
-¿Por qué no?
No lo digas, no lo digas... No es verdad...
-Porque...Porque... ella está aquí conmigo.
Lo ha hecho ¡NO! ¿Pero por qué? Todo iba bien y ahora vas tú, estúpido cara de pan y la haces inolvidable, ahora la estúpida rebelde es deseada por medio Capitolio y eso me va a hacer difícil matarla. Miro de nuevo las cámaras pero no les encuentro a ninguno de los dos, están en el ascensor. Como estén dándose arrumacos los mato a los dos ahora mismo. No, ahí están, cada uno en un ascensor distinto. Salen y ella se abalanza sobre él y le empuja con enfado. Le reclama que primero decida entrenar por separado y luego diga que esta enamorado de ella. Vaya, parece que todo ha salido mal en la cabeza de la señorita, eso, que sufra. Les tiene que separar su equipo y empiezan de nuevo a discutir a gritos, al parecer todo ha sido idea de Haymitch, como no, y Cinna le acolita. Ya sabía que no podía ser cosa del cara de pan, me pregunto cuando le dijo nada Haymitch. Apago el monitor y me reclino en la silla. Buscaré la manera de mataros a los dos y haceros pagar por esto. Lo juro.
En medio de mis pensamientos Cato irrumpe a gritos.
- ¿Y después de esto espera que cumpla... ?
- Callate idiota y no digas nada de lo que re puedas arrepentir - le callo y digo a Todo el mundo que nos dejen solos.
- Esto es inconcebible, no pienso hacerlo, no después de esto, nos ha engañado como a idiotas...
- No seas insolente, el plan sigue según lo previsto. ¿Recibiste mi nota?
- Si, por supuesto.
- Entonces ya sabes qué hacer.
- Pero...
- No hay peros que valgan, o lo haces o atente a las consecuencias.
-Genial - dice y se larga con un portazo.

7 comentarios:

  1. Arg!!!
    Me muero por leer el siguiente capitulo. Quiero saber que le pasó al hijo de Snow y cual es el plan que tiene con cato!
    Besos

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    1. Me alegro de que te haya gustado y que hayas esperado para leer, el siguiente capitulo ya está en el horno (:

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  2. Me encantaaaaaaaa, quiero saber q pasa con ese plan

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    1. Muchas gracias (:
      Todo a su debido tiempo y sabreis lo sabreis con pelos y señales ^^

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  3. AAAAHH!! Tiene un plan con Cato!!!!! Quiero saber cuál es!! Por favor, sube pronto el siguiente capítulo, porfavor, porfavor, porfavor!!!

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  4. diooss...siempre te lo digo pero con cara capitulo aborresco mas a ste dio..!1 pero tambn cada vez me encantan tus capitulos..
    q le paso al hijo d eso..y q alianza tiene cn cato..!!
    cualga el proximo capitulo cuanto antes..!!!
    n me puedes dejar asi..!
    te qero anglu

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    1. El capitulo 9 ya está, con los que tenemos unos problemillas es con los siguientes, pero esta semana ya estarán :)
      YO tb te quiero Dayra ^^

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